De Galicia al mundo: la travesía de a·emotional light
Hace un tiempo ya que el curso de la historia, de las artes y del diseño parece haber cambiado su ethos. La expansión de la globalización como proceso mundial, compartido por igual en todas las partes del orbe, ha generado un conjunto de movimientos que buscan tirar de lo local como respuesta a la abrumadora realidad global. Cada vez apostamos más por lo que tenemos más cerca, ya no solo por cuestión de sostenibilidad, sino como forma de acercarnos al todo universal.
a·emotional light forma también parte de esta evolución; nuestras lámparas iluminan espacios, pero, sobre todo, iluminan nuestras raíces y tradiciones, fusionando lo vernáculo con lo universal. La manufactura local es el alma de nuestro proceso creativo. Desde nuestra sede en Galicia, donde el mar y la tierra se entrelazan en un paisaje de tradición y modernidad, nuestras lámparas cobran vida a través de un meticuloso trabajo artesanal. Con cada una de nuestras piezas, tejemos un hilo entre lo local y lo global, manteniendo viva la esencia de Galicia mientras fomentamos que nuestras creaciones encuentren su sitio en hogares y espacios alrededor del mundo.
Lo vernáculo y lo universal: un diálogo constante
La esencia de a·emotional light reside en la capacidad de conectar lo vernáculo con lo universal. Nuestros diseños parten de un profundo respeto por nuestras raíces gallegas; nos nutrimos de la naturaleza y de las tradiciones locales, pero con la mirada siempre puesta en el mundo. Esta dualidad nos permite crear piezas que hablan un lenguaje global, entendido y apreciado en más de 80 países, pero que transmite historias, emociones y una conexión genuina con la tierra que las vio nacer.
En ese aspecto, la dedicación a lo local no es una mera cuestión de identidad, sino también una filosofía de vida, una clara apuesta de calidad y autenticidad. Cada detalle, incluyendo los materiales, la inspiración o los procesos, son fruto del reflejo del espíritu de nuestra tierra y, a su vez, la respuesta a las demandas de un mercado global en constante cambio.
Marca transoceánica: iluminando el mundo desde Galicia
El compromiso de a·emotional light con la manufactura local no es un obstáculo para nuestra expansión internacional, sino más bien nuestra mayor fortaleza. Con una fuerte presencia en Estados Unidos, Asia y en otros mercados globales, nuestras lámparas representan un puente entre lo local y lo universal. Este enfoque nos ha permitido llevar el carácter único de nuestras piezas a clientes de todo el mundo, demostrando que la autenticidad y la artesanía tienen un valor incalculable en cualquier contexto cultural.
Paralelamente, para poder llevar la emoción a un público global, nuestros materiales y procesos de fabricación reflejan un equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo. Colaboramos con diseñadores que comparten nuestra visión y que aportan una perspectiva fresca y global, mientras que nuestra producción sigue anclada en Galicia, garantizando que cada lámpara conserve esa esencia vernácula que las hace únicas.
Un diseño que habla un lenguaje universal
El éxito de a·emotional light en el escenario internacional radica en nuestra capacidad para capturar la esencia de lo local y proyectarla en un contexto mundial. Nuestras lámparas, aunque nacidas de la tierra gallega, son capaces de integrarse en cualquier espacio, en cualquier parte del mundo, gracias a su diseño atemporal y su calidad artesanal. Hablamos un lenguaje compartido por todas las personas, un lenguaje único que llega a todo el mundo y que se basa en el buen hacer de nuestra marca.
Es esta capacidad de hablar a diferentes culturas y contextos la que ha hecho que a·emotional light se convierta en una marca transoceánica, iluminando y embelleciendo espacios en todo el mundo. Cada una de nuestras colecciones es un reflejo de nuestra identidad como marca: una fusión de lo vernáculo y lo universal, que resuena tanto en la costa gallega como en los rascacielos de Nueva York.